El cielo manifiesto
se presento impertinente
en la mañana veraniega,
Compuso un diluvio
de gotas gordas y pesadas,
hizo un río,
en mi.
Río de ganas de ser lluvia,
ser sus gotas contundentes y austeras,
y fueron mías y yo ellas
e hicieron de mi una niña.
Chapoteaba de pies a cabeza,
de alma llena de alegría,
Agua que limpia mi alma,
ya sana,
El cielo manifiesto
hizo de mi una niña feliz,
Empapada de felicidad
inmaculada de alma limpia.
Feliz.
6 de enero de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario