20 de julio de 2015

Un río en mí


Mi cuerpo responde a ti,
hay un río que vive en mí
y que haces brotar.

Las pieles arden amor
y tú que me miras
como si me despidieras
como si me recibieras.

Fijamente tus ojos
se clavan en mi,
en las muecas de mi boca
delatora de la pasión
que por ese río brota.

Aferradas a nuestras manos
ya húmedas ya cansadas
sólo yacemos en nuestros besos
que son el caudal y la sustancia.

Del río que en mi vive
y que haces brotar.

Encarnadas

Como arcilla en las manos
se funden nuestros cuerpos,
se modelan a nuestro gusto
y se retuercen como pasto seco.
Culebras enredadas
sin principio y sin fin,
pieles encarnadas,
bocas hechas agua.
Difusas siluetas
de dos amantes enamoradas,
dos manos entrelazadas
en el vivo encanto de ser feliz.