5 de diciembre de 2017

Planeando

Como un ave que deja de aletear
deslizándose por el aire,
con miedo a que éste merme
y habiendo aprendido a volar,
flota como estrella en el mar.

Es audaz el ave,
dejándose acariciar cada pluma,
es que el suave viento
se convierte en brisa
cuando lo roza.

Y en ese suspiro del cielo
libre el ave y el viento
bailan en los ojos
de los dulces poetas.